Fuimos compañeros de clase en el instituto durante dos años, para respetar la protección de datos me referiré a él mediante las iniciales de su nombre y apellidos; AGB así se llama Armando, cuyos apellidos parecen más una elucubración de algún escritor, o aprendiz a serlo que reales, Gran Bulla.
AGB era un gamberro hiperactivo, para no definirlo con palabras más gruesas, un toca pelotas en el lenguaje coloquial. Para ser original o jugar a serlo, me invente una palabra para definirlo: Escrotopalparafília, en su caso y para ser coherente en genero y numero, AGB era un Escrotopalparafílico.
En caso de que alguno de mis numerosos lectores, hasta el cero es un numero, no comprenda el significado de la palabra inventada, esta compuesta por tres, Escroto, Palpar, Filia....en una definición más mundana incluso chabacana, AGB tenia una desmedida afición a tocar los cojones ajenos, en esa época afortunadamente solo metafóricamente.
Pues el miércoles pasado en un encuentro con uno de mis círculos de amistades, una de las integrantes que ejerce la abogacía, contó sin citar nombres, un caso que llevaba de un individuo que podría definirse como Escrotopalparafílico, con el agravante en su caso de que no solo lo era metafóricamente, también estaba inmerso en un proceso por practicar la Escrotopalparafília explícitamente, solo a hombres apostilló la abogada.
Como soy curioso, que no cotilla, le pregunté: ¿ Las iniciales del encausado son AGB ?. Antes de que me contestara: es Secreto Profesional, por la expresión de sus ojos, muy cautivadores por cierto, supe que el encausado era mi antiguo compañero de Instituto.
Por lo parece Armando, había armado un gran revuelo
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